He seguido a menudo la trayectoria del fotoreportero Ed van der Elsken,
acudiendo a exposiciones y leyendo algunas revistas de sus fotografías y
siempre me ha trasladado a la aureola y el blanco y negro (gran
parte de su obra también la hizo en color) de aquella época rebelde, transitada
por vagabundos, músicos de Jazz, marineros, prostitutas, desamparados, marginales. Su visión profundamente humanista,
nos mostraba la ternura, la bohemia inofensiva, la ingenuidad, la frescura. Ed
prefiere expresar el ambiente reinante, las
personas y los lugares, a las técnicas y composiciones tradicionales. En las fotos
de Jazz, no usa el flash para que sea natural la puesta en escena, luces y
sombras...
En los años 50 marchó a París como corresponsal
de un periódico Holandés. Reflejó como nadie el movimiento Parisino, influido por el clima existencialista de
aquellos días.
En 1955
regresó a Edam, aunque realizó frecuentes viajes fotografiando tribus africanas,
músicos de Jazz y la vida en algunas ciudades de Japón, China y Sudáfrica.
En el libro "El amor en la orilla izquierda" reflejó a los
desfavorecidos de Ámsterdam.
En los setenta comenzó a dedicarse principalmente a ilustrar
libros y a realizar películas y reportajes sobre la naturaleza en Edam. siendo Bye
la última película que hizo entre 1989 y 1990
cuando ya sabía que tenía cáncer de próstata terminal.Tropiezo en la ruta con las fotografías del holandés Ed Van Der Elsken, con sus rostros masacrados, acordeonistas ciegos, charlo con los vagabundos que duermen tendidos en los suelos junto a la "seine grise" y me he introducido en los ambientes jazzísticos de la generación apaleada que no llegué a vivir. Ed fue divulgador de un tiempo en blanco y negro exteriorizando el interior de la humanidad que se vislumbra en movimiento, fuerza y obsesión por conseguirlo. Desgarrada y arrebatadoramente lo logra con la fascinación por la vida y sus moradores...
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