El ave y su tonadilla espiritual, cosquilleo y lloriqueo de los limbos borrascosos, allende la inmensidad celestial…sigilosa, reflexiva, merodea imaginativa, expandiendo membranas e imaginando tierras ardorosas. En la perspectiva, serena y medita el espíritu, germinando la cordura, el respeto, la aceptación y la tolerancia por las almas semejantes…ya que soñar es un vuelo espontaneo…
Después de editar a algunos de los maestros de la fotografía, dejo aparcado el tema para colocar mis fotos y así no tener que abrir un nuevo blog...