La seducción de Meliluz Náyades...

fantasea con revuelos de candelilla y taconea un tango argentino a la vez que acaricia las notas de cualquier nocturno de Chopín…

La vida sola...

A veces añorada, otras, encontrada…soledad…una palabra tan sola…arrinconada, triste pero bella...

Callejeando...

Época hecha totalmente a mano, zurciendo periodos de brunas sobre foscas, escribiendo nuestro poemario de pobrezas en pieles apergaminadas… 

Pasión por la vida...

...era como si el alma proyectara un corre-ve-y-dile-a- la-vida, que iniciaba y disparaba con pasión tus fuegos de artificio hacia un interior ilusionado y enmarañado.

La Dama del Sur…

Al terminar “triste blues”, la última canción del repertorio, las lágrimas ruedan por sus mejillas y baja del escenario, el público ya se ha marchado. Pide un Bourbon y enciende otro cigarrillo. Le queda la madrugada y una inmensa soledad… 

Esconde las ideas...

A menudo nos hallamos tan anclados en el tiempo real, que nos olvidamos de existir...

Sólo y sin azúcar...

sus ojos miran a otros mundos más placenteros...